El mundo cofrade y rociero en particular y el religioso en general llora la muerte del sacerdote Agustín Borrell, vinculado con La Línea desde hace más de treinta años.
Llegó como párroco a la iglesia de San Bernardo y vivió la bendición del templo actual. Encajó pronto en la religiosidad popular de la ciudad y acompañó a la Hermandad del Rocío en sus primeros caminos por el coto de Doñana en los primeros años de la década de los noventa. Además, fue director espiritual del Consejo Local de Hermandades y Cofradías y de la Hermandad de la Esperanza además de capellán del hospital.
En 1992 pronunció el pregón oficial de la Semana Santa y en 2008 pregón el Rocío de La Línea. Nunca perdió su vinculación con la ciudad, donde se ganó la amistad de muchas personas. Tras su estancia en San Bernardo desempeñó su ministerio en Tarifa y Sotogrande aparte de estar un tiempo en Roma
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