José Manuel Fernández/DDLL
La Unión Deportiva Linense cumple cien años este viernes 23 de diciembre con la mirada puesta en su fusión con la Peña Flamenca.
La entidad comenzó a gestarse en octubre de 1922. Había dos equipos, El Bote y el Fortuna, que tenían su tertulia en el bar Cimbelero. Una tarde se les ocurrió a algunos de los miembros (Pedro Sánchez Earle, Domingo Becerra, Pepe Padilla, Francisco Corral, Héctor Bruzón y Juan Bautista, entre otros) que si se unían se reducirían los gastos y se conseguiría un equipo más potente. Aquella idea fue tomando cuerpo y decidieron fusionarse. Unos querían que el Fortuna permaneciese, pero los del Bote también deseaban que el nombre no se perdiera. Julio Serrano y Pepe Padilla propusieron que, al tratarse de la unión de clubes deportivos, lo más razonable era que se llamara Unión Deportiva.
La primera sede estuvo en el patio de La Serrana, en la esquina de la calle Castelar con San Felipe, donde se le había quedado vacío un 'partido' (cuatro habitaciones y una cocina). Lo prepararon y empezaron a ocuparlo el 23 de diciembre de 1922, fecha en la que se levantó acta por primera vez de una reunión de la gestora. La primera directiva la formaron Juan José Lozano (presidente), Pedro Sánchez Earle (secretario), Eduardo Rojas (tesorero), Héctor Bruzón (bibliotecario) y Luis Pérez, Pedro Earle y José Padilla (vocales).
En 1946 se arrendó un local de la calle Real, donde la Unión estuvo hasta 1988. Tras un año y medio en La Jerezana, la Unión se marchó a la plaza de Fariñas con Marcos Trujillo como presidente, la persona posiblemente a la que le tocó tomar la decisión más importante de la historia de la Unión porque a la muerte Biagio D'Amato, sus herederos decidieron no prorrogar más el contrato de arrendamiento de la calle Real. Cuando D'Amato estaba muy mayor, ya hubo intentos para que la Unión dejara la sede pero la labor de Enrique Guzmán, Germán Montes y Marcos Trujillo permitió renovar los contratos, cada vez más caros y cortos, hasta que llegó el ultimátum de junio para que en tres meses, el 30 de septiembre de 1988, se abandonara el local.
Marcos Trujillo se había enterado de la posibilidad de adquirir el local de la Cruz Roja en la plaza de Fariñas pero luego supo que la venta ya se había efectuado y que el comprador era otro socio de la Unión, Antonio Moya, promotor de viviendas que ya tenía hasta el estudio del edificio que se iba a construir pero que al enterarse del problema de la Unión se reunió con el presidente y cedió la opción de compra a la Unión.
El actual edificio de la Unión Deportiva fue inaugurado en la víspera de la Nochebuena de 1989 en presencia de cientos de personas, la mayoría de las cuales había vivido con expectación e inquietud los meses de las obras. En aquel momento era presidente Marcos Trujillo, que contaba en su directiva con Miguel Rocha, Javier Sánchez Chico, Pepe Zamora, Manolo Puente, Antonio García Clavo, Pedro Duarte, Eduardo Puertas, Manolo Sánchez, Luis Díaz, Juan Manuel Díaz Macías y Francisco Jiménez.

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