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| Camino de Sobrevela. |
José Manuel Fernández/DDLL
Los
linenses estamos ya acostumbrados a denominar todos los puntos de la ciudad sin
pararnos a pensar en la procedencia del nombre de esos lugares tan familiares.
Príncipe, Zabal, Punto Ribó, Sobrevela, Atunara… hay infinidad de topónimos
cuyo origen es justificable. Otros inducen a la confusión y otros, los menos,
no tiene explicación alguna por más que se indague.
Uno
de los más debatidos es La Atunara. Hay quien dice que tiene que
ver con los atunes y otros hablan de las chumberas. Si se tiene en cuenta su
localización y la etimología, lo más probable es que tenga que ver con los
atunes y que su nombre original sea Tunara ya que atún en griego es τόνου y se lee tonu y en inglés es tuna.
Dada la existencia de una almadraba está claro el origen etimológico y es
probable que Tunara por la incorporación del artículo La pasara a ser La Tunara y con el tiempo La Atunara.
De hecho, hay un libro de 1898 en el que aparece escrito como Tunara.
Cerca
de La Atunara está el Camino de
Sobrevela, que conduce hasta el
Burgo dejando la playa a la derecha. ¿Qué o quién es Sobrevela? En la
época medieval, el sustantivo sobrevela era la acción de vigilar zonas
fronterizas. Pero también fue el apellido de un arquitecto llamado Federico que
tal vez fuera propietario de alguna finca por la zona. Federico Sobrevela
Albert falleció en 1976 y vivía en Campamento.
El
Príncipe Alfonso no ofrece dudas. En
1916, después de mucho tiempo de gestiones, fue inaugurado el puente que unía
La Línea y Campamento al que se le llamó de esa forma previa solicitud
municipal al Gobierno y ya cada vez que los linenses iban a merendar al lugar
se le quedó ese nombre. Además, al hotel construido posteriormente y ya desaparecido
se le designó con el mismo nombre.
| El Zabal. |
Con
el Zabal hay muchas dudas. Es un
apellido de origen vasco, pero no parece que esa sea la etimología porque el
término vasco lleva el acento en la primera a.
Los caseríos eran denominados de Sabá
por el sanroqueño Lorenzo Valverde, autor de unas cartas del siglo XIX antes de
la segregación y puede que la evolución fonética lo transformara en Zabal con Zabá por medio. Ya en los finales del
siglo XIX era conocido por Zabal según se refleja en un libro de la época.
El
origen de Punto Ribó es muy complicado
no sólo por la razón del nombre, sino también por su escritura. Ribó o Ribot es la duda. Cuentan que en aquella zona se estableció una
familia dedicada a abrir pozos y que su apellido era ese, pero no hay nada
escrito al respecto.
La
larguísima calle Pedreras, una de
las cinco con mayor longitud de la ciudad, recibe ese nombre porque era el
camino a las pedreras, una especie de cantera existente en la falda de sierra
Carbonera. Cuentan que por ese camino desfiló la imagen del Nazareno de San
Roque en 1722 y que ya nunca más regresó a Gibraltar.
La
Huerta Fava (o Faba) era una enorme finca situada donde hoy están los pisos y el
colegio que llevan ese nombre, los salesianos, el instituto Mediterráneo, el
solar del mercado de mayoristas… Lorenzo Fava Gustarino era un descendiente de
genoveses que se estableció en la calle San Cayetano junto a sus tres hermanos.
La
barriada de San José es conocida
también como Periáñez, aunque también
se llamó Bahía por ser construida por la inmobiliaria de dicho nombre, de la
que era copropietario Lorenzo Pérez
Periáñez, famoso empresario linense. En 1970 fue construida la iglesia que
da el nombre popular al barrio.
La
barriada de Los Junquillos se llama
en realidad y originalmente Sagrado Corazón, pero el hecho de que una de las
calles que rodeaban el solar donde fue construida se llamara Los Junquillos,
hizo que el pueblo decidiera llamarla así de manera perpetua.
Es
alto el número de linenses que creen que el pequeño arroyuelo que desemboca a
la altura del Príncipe Alfonso se llama cachón
cuando en realidad es cachón de Jimena.
El diccionario de la Real Academia Española ofrece dos acepciones a la palabra
cachón. La primera de ellas es ola de mar que rompe en la playa y hace espuma. La
segunda, quizás más lógica, es chorro de agua que cae de poca altura y rompe formando espuma.
Es decir, que el verdadero nombre es Cachón de Jimena y no río Cachón.
La
avenida de La Banqueta recibe su
nombre de la obra a modo de banco corrido desde la que pueden disparar
dos filas de soldados protegidos por un parapeto o muro. Esto significa, ni más
ni menos, que es el lugar donde estaba la línea de contravalación.
Algunas
zonas ya desaparecidas tienen explicaciones nada complicadas. El cañito, por ejemplo, fue aquel
trozo de playa de poniente en el que un caño de apenas cincuenta metros de
longitud servía de trampolín sin que nadie se parara a pensar en los vertidos
tan famosos de unas décadas a esta parte.
Toda
la parte de San Felipe fue tomando
su nombre del fuerte construido en el extremo oeste de la línea de
contravalación. El edificio se encontraba muy cerca de donde luego estuvo el
matadero municipal, junto al espigón, y de allí fue ganando territorio la
denominación de San Felipe hasta alcanzar el colegio y la promoción de
viviendas.
El
huerto de Pedro Vejer, donde estuvo la Velada durante muchos años, debe
su nombre a Pedro García Castro, un hortelano de Vejer de la Frontera
que se asentó en La Línea y que cuidó aquellas tierras, que luego fueron
propiedad de Luis Ramírez Galuzo.
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